Condemor, la gran comedia del Pecador de la Pradera
Hacer reír es todo un arte, mucho más complicado de lo que la gente se piensa. Y es que hay gente que se hace la graciosa, gente que es graciosa de verdad, y luego están los humoristas, capaces de salir de cualquier situación complicada gracias a su humor. Personas que han nacido con un don, pero que han sabido desarrollarlo hasta conseguir que su propia presencia ya provoque carcajadas en los presentes. Son muy pocos los elegidos que llegan realmente a convertirse en leyendas del humor, y cada país, cada región, tienes a los suyos. Pero el fenómeno que se produjo en España en los años 90 con Chiquito de la Calzada es algo que pocas veces hemos visto, una auténtica locura cuyos ecos todavía sobreviven hoy en día.
La figura de Chiquito de la Calzada comenzó a hacerse popular en televisión a principios de los 90, apareciendo en varios programas de humor en Antena 3. De ahí pasó a convertirse en una especie de ídolo nacional gracias a su forma tan particular de contar los chistes, utilizando un vocabulario propio y divertido, que junto a su manera tan estrafalaria de andar y vestirse le convertían en un humorista irrepetible. Sus expresiones se volvieron muy populares en España, y en los 90 todo el mundo era un fistro pecador de la pradera, que alguna vez había tenido dolores diodenales. Fue tal el éxito del humorista que incluso llegó a protagonizar dos películas, con éxito razonable en taquilla en su época. Las dos producciones fueron estrenadas a mayor gloria de Chiquito, que llenaba salas por su sola presencia y su carisma. En este artículo vamos a ver más a fondo cómo fueron aquellas películas.