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Luces de la ciudad, ¿la mejor obra de Chaplin?

Cuando a finales de los años 20 el cine sonoro empezaba a llamar la atención y las películas contaban con una nueva forma de expresión más allá del simple aspecto visual, Charles Chaplin ya se había convertido en uno de los actores más relevantes y destacados del mundo. Su personaje, Charlot, un alter ego al que interpretó en numerosas producciones, no requería de ningún diálogo sonoro para expresar todo lo que llevaba dentro. De hecho, se cuenta que el propio Chaplin no veía con buenos ojos la introducción del sonido en el cine, especialmente por los diálogos. El artista llegó a confesar que solo le daba tres años a aquellas películas sonoras, algo que sin duda tuvo que retirar tiempo después, cuando incluso él mismo se lanzó a la modernidad de aquellos tiempos en el cine. La primera película en la que utilizó música y algunos efectos de sonido fue Luces en la Ciudad.

Para algunos, esta es la mejor producción de Chaplin. El American Film Institute la considera como una de las mejores películas de la Historia, y la mejor comedia romántica de todos los tiempos, aunque seguramente muchos no la incluirían en ese género. Estrenada en 1931, la película sigue contando hoy con toda la vigencia del mundo, a pesar de haber pasado casi un siglo. A pesar de mantener la línea de los diálogos en pantalla, a la manera del cine mudo, Luces en la Ciudad con tiene ningún problema a la hora de exponernos una historia tierna y dulce, llena de momentos emocionantes y que hacen que uno se reconcilie con la Humanidad. Fue además la primera película en la que Chaplin se encargó de la banda sonora, por motivos obvios, ya que anteriormente todo su cine había sido completamente mudo. En este artículo vamos a profundizar un poco más en todo lo que el genio londinense fue capaz de crear para una de las películas más memorables del Hollywood antiguo.

Producción de Luces de la ciudad

Tras estrenar El Circo en 1928, Charles Chaplin se embarcó en una nueva producción, con dudas al respecto de utilizar las nuevas tecnologías sonoras que ya estaban implementándose en muchos estudios. Él no solo era guionista, actor y escritor, sino también productor, uno de los cofundadores del mítico estudio United Artist, y muy a pesar de sus ideas y su gusto por el cine más clásico, entendió que debía dar el paso y moverse rápido para no quedarse anticuado. Así pues, tomó la decisión de incluir música y algunos efectos en la banda sonora sincronizada de su nueva película, encargándose de escribirla, protagonizarla, dirigirla y hacer también la música. Chaplin era un todoterreno en aquellos tiempos, y para su primera película sonora eligió un tema poco dado en la época: una comedia romántica.

Reparto

Charles Chaplin vuelve a estar en el centro del reparto en esta producción, haciendo de su personaje más icónico, Charlot, que en esta ocasión se nos presenta como un humilde vagabundo de gran corazón. Junto a él encontramos a la actriz Virgina Cherrill, haciendo el papel de la florista ciega, el interés amoroso del protagonista. El tercer personaje importante de la trama es el millonario, interpretado por Harry Myers, que cuenta con una actuación sorprendente dentro de los dos estilos en los que tenía que moverse: parecer borracho y estar sobrio. Florence Lee completa el reparto como la abuela de la florista ciega, siendo también un personaje absolutamente entrañable. La película se realizó con muy poco reparto y en unos estudios cerrados, con un presupuesto ajustado, como era habitual en la época.

De qué trata la película

Charlot es un hombre pobre y humilde que vive en la calle y trata de sacar adelante su vida como puede, siempre de manera honrada, gracias a su gran corazón. Un día conoce a una bellísima florista que resulta ser ciega, y por tanto, no es consciente de lo mal vestido y harapiento que va Charlot. Él se enamora perdidamente de ella y aunque parece que el amor es mutuo, tendrán que enfrentarse a innumerables obstáculos para conseguir que su relación salga adelante. Paralelamente, Charlot se tropieza un día con un millonario, al que salva de suicidarse. En compensación, el millonario le ofrece su amistad incondicional, aunque solo lo hace estando borracho. Cuando está sobrio, el hombre reniega de Charlot por considerarle de clase muy baja. La película se desarrolla a través de la relación de Charlot con la florista y sus intentos por conseguir el dinero para evitar que la desahucien de su vivienda, así como curar su ceguera.

Recepción del film

La película llegó a costar un millón y medio de dólares por un proceso de postproducción más largo del habitual. Sin embargo, se puede considerar todo un éxito ya que logró recaudar en su momento más de cinco millones de dólares, triplicando su presupuesto. Fue el comienzo de una época dorada para Charlot, ya dentro del cine sonoro, puesto que poco después crearía dos de sus obras más populares, Tiempos Modernos y El Gran Dictador. Desde ese momento, Luces en la Ciudad se convirtió en un auténtico clásico y hoy por hoy es una de las películas de la época más reconocidas y populares, hasta entrar dentro de los rankings de mejores películas de la Historia. De hecho, para muchos, es la primera comedia romántica del cine, tal y como la entendemos actualmente, una comedia de enredos con una parte entrañable y divertida, más allá del propio romance.

H2: Dónde ver Luces de la ciudad

La película cuenta ya con casi un siglo de historia, y fue producida en su momento por United Artist, una empresa que ha desaparecido a día de hoy, engullida por otras grandes corporaciones. No es complicado encontrar alguna copia de la película en Internet de forma gratuita, e incluso en los portales de vídeo más populares. La versión remasterizada y con la mejor calidad posible también se puede ver en la plataforma de streaming Amazon Prime Video, que cuenta con un enorme catálogo de cine clásico. Del mismo modo, en España se puede ver también en la plataforma Filmin, especializada en cine de autor y en cine clásico, con una calidad excelente. Puede que para muchos, ver una película en blanco y negro y sin diálogos sea un suplicio, pero darle una oportunidad a esta maravilla de Chaplin es quitarnos de encima muchos prejuicios y entender que hay mucho buen cine antes de que el Hollywood moderno existiese.